Una cédula municipal llegó a Villa Ocampo para poner fin a una administración que apenas la empleó para esporádicas y fugaces exposiciones.
por MATILDE SÁNCHEZ para El Clarín
Una de las casonas más bellas de la cultura argentina. / Rafael Mario Quinteros |
A mediados de esta semana, una cédula municipal llegó a una de las más bellas casonas de San Isidro, la más conspicua de la cultura argentina, la de Victoria Ocampo.
La medida buscaba poner fin a dos años de una administración que apenas la empleó para esporádicas y fugaces exposiciones de escaso valor para la comunidad, propósito para el que fue cedida por su dueña y, en cambio, la destinó crecientemente al alquiler de fiestas y eventos privados, con disimulo al principio, pero con caja registradora desde mediados de 2017.
Se podía alquilar de lunes a lunes: el argumento era la sustentabilidad de la centenaria mansión. Ahora el desmadre está en boca de todos.
En efecto, los vecinos confirman que el cartel de la puerta, que avisaba los horarios de actividades culturales al público visitante, fue descolgado hace dos años y nunca regresó.
En efecto, los vecinos confirman que el cartel de la puerta, que avisaba los horarios de actividades culturales al público visitante, fue descolgado hace dos años y nunca regresó.
En los últimos meses el encono y el boicot indignado al carnaval carioca, en lo que debería ser casi un museo, crecieron al punto de que una familia muy tradicional, que vio frustradas sus bodas de oro, logró que se le devolviera lo pagado.
Entretanto, el fantasma de la mayor de las Ocampo vaga por los salones como en una fiesta equivocada.
17-3 Nació para dar lugar a los maestros del humor gráfico nacional, como Hermenegildo Sábat y Quino; la gestión actual busca conquistar otros públicos
por Natalia Blanc para La Nación
por Natalia Blanc para La Nación
De los grandes maestros del humor gráfico nacional, como Quino , Hermenegildo Sábat y Carlos Garaycochea, a ilustradores jóvenes y artistas emergentes: ese fue el recorrido del Museo del Humor desde su inauguración en 2012 a la actualidad.
En el edificio de la ex confitería Múnich, en Costanera Sur, donde funciona el museo, ya no se organizan muestras antológicas de célebres humoristas gráficos.
El cambio de perfil del MuHu, impulsado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires , despertó las críticas de grandes referentes del género, quienes desde 2016 vienen reclamando que se formalice la institucionalización del organismo, tal como establece el decreto constitutivo de octubre de 2012.
Del proyecto original hoy solo quedan las esculturas del Paseo de la historieta, que une San Telmo con la Costanera.
18-3 Más vivo que nunca, el newsletter gana adeptos
Si bien este formato nunca desapareció, hoy cobra más vigencia por su capacidad de personalización, privacidad y de atender consumos de nicho
Esperar la nueva entrega de un newsletter se ha vuelto para muchos un momento de placer mezclado con intriga y ansiedad, que recuerda casi a cuando éramos chicos y sintonizábamos la TV para ver alguna serie.
La actividad está concentrada en unos 20 emprendedores, según un reciente informe del INTI Crédito: INTI
La industria local de impresoras 3D en la Argentina es una verdadera rareza.
Casi un cisne negro en la castigada economía argentina.
Es decir, un fenómeno llamativo y difícil de explicar.
Tan sorprendente es este sector que pocas personas saben que existen fabricantes argentinos de estos aparatos.
Se trata de un grupo de unas 20 empresas, casi todas startups que comenzaron en garajes y que, a fuerza de innovación e ingenio, se abrieron paso en un mercado supercompetitivo en el que compiten de igual a igual con aparatos similares importados de los Estados Unidos o de China que en nuestro país no pagan aranceles por ser considerados bienes de capital.
Esta industria apareció en la Argentina hace unos diez años, al mismo tiempo que la impresión 3D irrumpió en el mundo de forma masiva. Y se abrió paso a pesar de la competencia de las importaciones y las dificultades de la macroeconomía, según destaca un informe elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
por Laura Marajofsky para La Nación
Esperar la nueva entrega de un newsletter se ha vuelto para muchos un momento de placer mezclado con intriga y ansiedad, que recuerda casi a cuando éramos chicos y sintonizábamos la TV para ver alguna serie.
Y es que si en los últimos cinco años el formato está teniendo un auge local entre públicos jóvenes, mientras que afuera mantiene su preeminencia como fuente de información rápida, segura y customizada, cada vez más la pulsión es escaparle al ruido generado por la instantaneidad y las redes sociales.
18-3
Impresoras 3D de fabricación local: una industria incipiente que pide pista para crecer
por Martin Boerr para La Nación
La industria local de impresoras 3D en la Argentina es una verdadera rareza.
Casi un cisne negro en la castigada economía argentina.
Es decir, un fenómeno llamativo y difícil de explicar.
Tan sorprendente es este sector que pocas personas saben que existen fabricantes argentinos de estos aparatos.
Se trata de un grupo de unas 20 empresas, casi todas startups que comenzaron en garajes y que, a fuerza de innovación e ingenio, se abrieron paso en un mercado supercompetitivo en el que compiten de igual a igual con aparatos similares importados de los Estados Unidos o de China que en nuestro país no pagan aranceles por ser considerados bienes de capital.
Esta industria apareció en la Argentina hace unos diez años, al mismo tiempo que la impresión 3D irrumpió en el mundo de forma masiva. Y se abrió paso a pesar de la competencia de las importaciones y las dificultades de la macroeconomía, según destaca un informe elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
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